jueves, 25 de agosto de 2011

Nubes y materia

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El otro día estuve fantaseando con mis compañeros de trabajo cómo serían los dispositivos del futuro. Todos llevaremos una especie de móvil que hará a la vez de smartphone y de ordenador portátil, con un proyector para ver la pantalla en cualquier pared, un teclado virtual proyectado para escribir sobre cualquier superficie plana y la mínima potencia para comunicarse con la nube. Porque, por supuesto, todo estará en la nube.

Inevitablemente me imaginé como se llegaría a la nube y vi antenas, kilómetros de cables de cobre y fibra óptica, miles de equipos de comunicaciones y miles de servidores llenos a rebosar de memoria, conectados con miles de Petabytes de disco en alguna parte del mundo. ¡Cuanta materia para que pueda elevarse la Nube!

Quiero hacer una reflexión al respecto. Creo que no somos conscientes de la dependencia que tenemos de los minerales y de las substancias químicas en el mundo de las TIC. Por mucho que hablemos o soñemos con la realidad aumentada, el paradigma 2.0, el Big Data, las búsquedas semánticas o el Cloud, debajo siempre tiene que haber cobre, hierro, silicio y substancias difíciles de pronunciar y recordar. Y ya tenemos alertas sobre la disponibilidad de estas materias.

Se acerca el peligro de la escasez. De vez en cuando saltan a las noticias casos de robos de cobre: de catenarias de trenes y AVEs, en estaciones transformadoras eléctricas, en invernaderos y han llegado a agotar los stocks de Telefónica. Su capacidad para ser reciclado y la gran demanda por todo tipo de industrias (las TIC son unas grandes consumidoras) hace que no haya suficiente cobre "en el mercado".

Si ahora hay escasez, en un futuro no muy lejano nos enfrentaremos a un problema de grandes dimensiones: el agotamiento de las minas de cobre. La teoría del pico de Hubbert dice que la producción de un recurso descenderá tan rápidamente como ha subido que se hayan extraído la mitad de sus reservas. Ha pasado con el petróleo en EEUU, donde su pico se alcanzó en 1971, y está pasando con el petróleo a nivel mundial, donde seguramente ya hemos alcanzado dicho pico. Por eso ha aumentado tanto su precio: la producción cae, pero se mantiene su demanda.

Pues los minerales también cumplen la teoría del pico, y un estudio de la Universidad de Zaragoza lo ha calculado para unos cuantos minerales: el del cobre en 2024, el del aluminio en 2067 y el del hierro en 2068. Es decir, que en sólo 13 años podemos ver subidas del precio del cobre espectaculares. Y lo que es peor, las generaciones que nos siguen quizá tengan que buscarse otro metal para hacer las mismas funciones después de 8.000 años entre los hombres. Siempre podemos esperar a que se encuentren materiales nuevos, pero el estudio da la sensación de que estamos agotando una buena parte de los minerales disponibles en la superficie terrestre.

Ante este problemas podemos poner en práctica diversas soluciones. Las 3 Rs son una magnífica guía: Reducir, Reutilizar y Reciclar materiales. Para empezar, podemos sacar más provecho de las máquinas que hemos comprado alargando su vida útil. De esta manera se generan menos residuos y hacen falta menos materiales y energía para fabricar un equipo nuevo en el mismo periodo de tiempo. Aunque a los fabricantes y vendedores de hardware no les gustará esta solución. También podemos optar por contratarlo en la nube, pasando nuestra responsabilidad al proveedor. Aquí hay que asegurarse de que ejercerá esta responsabilidad con los mismos estándares que utilizaríamos nosotros.

Otra ayuda para paliar la escasez es hacer un muy buen diseño de nuestros productos para facilitar su reparación (y así alargar su vida útil) y su reciclaje. Si somos compradores, deberíamos optar por los fabricantes que apuesten por un buen diseño (también llamado ecodiseño). Si contramos las máquinas en la nube, deberemos exigir al proveedor que su hardware sea de fabricantes faciliten su reparación y reciclaje.

En cuanto a la substitución de materiales, ya se empiezan a ver productos que utilizan materiales de fibras naturales y que además son biodegradables, como unos ratones y teclados de Fujitsu.


El mundo de las TIC y los profesionales que trabajamos en él nos enfrentamos a un serio problema y somos responsables de poner de nuestra parte para paliarlo. El actual paradigma de substitución rápida de equipos está llegando a sus límites y hay que cambiarlo por uno de optimización de los que ya disponemos. Esto debe forzar a los fabricantes de equipos a cambiar su modelo de fabricación y comercialización. Puede que la nube sea el catalizador de este cambio. Puede que dejemos de comprar hardware y sólo podamos alquilarlo. Los próximos años dictarán sentencia.

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